El destituido jefe militar del Ejército de Bolivia, Juan José Zúñiga (c), es presentado en dependencias de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen este miércoles, tras ser detenido por ser parte de una toma de militares de la sede del Gobierno de Bolivia, en La Paz (Bolivia). | STRINGER

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El Gobierno de Bolivia ha sofocado apenas tres horas después el intento de golpe de Estado encabezado por el general Juan José Zúñiga, quien junto a unidades del Ejército había tomado la plaza de Murillo de La Paz, centro del poder político del país, un incidente que se ha saldado con al menos nueve heridos. Zúñiga, quien aseguró que nombraría un nuevo gabinete y liberaría a todos los «presos políticos», finalmente ha cejado en su empeño tras confrontar con el propio presidente Arce a las puertas de la sede del Gobierno, quien le ha ordenado replegarse.

La retirada se ha producido después de que el presidente Luis Arce tomara posesión del nuevo mando de las Fuerzas Armadas y nombrase al nuevo comandante del Ejército, José Sánchez, tras lo que Arce ha agradecido el apoyo de la población, que se ha trasladado a las inmediaciones de la plaza Murillo, como a la comunidad internacional, según ha publicado la agencia de noticias boliviana ABI.

«Haremos respetar la democracia ganada con el voto del pueblo boliviano en las urnas. Saludamos al pueblo boliviano que anoticiado de estos acontecimiento está rodeando la plaza Murillo, y a los organismo internacionales que han reprochado estos actos, y a los países amigos que se han pronunciado en favor de la democracia», ha afirmado Arce, quien previamente había pedido una movilización popular contra la asonada.

Bolivia coup attempt fails after military assault on presidential palace

Las autoridades ya han logrado detener tanto al general como al ex vicealmirante Juan Arnez Salvador, que está acusado de los delitos de terrorismo y de alzamiento armado contra la seguridad y soberanía del Estado, según el diario 'El Deber'. Tras ello, Zúñiga ha declarado que Arce le había pedido sacar «los blindados» para «levantar» la popularidad del mandatario boliviano, quien le habría confesado que la «situación está muy jodida».

«El presidente me dijo la situación está muy jodida, muy crítica. Es necesario preparar algo para levantar mi popularidad. ¿Sacamos los blindados?», ha manifestado el militar, que respondió de forma afirmativa a la supuesta pregunta del presidente. Poco antes, el viceministro de Régimen Interior, Jhonny Aguilera, ha expresado que detendrían a Zúñiga por intentar «subvertir el orden constitucional», una conducta que ha tachado de «intolerable» y que no van a «permitir».

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Aguilera ha explicado que los dos arrestados no han sido los únicos en «planificar y conspirar», y que se llevarán a cabo más investigaciones contra otras personas por alzamiento armado, atentados contra el presidente o destrucción de bienes públicos y privados. Por su parte, el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, ha informado de que «el objetivo del señor Zúñiga era tomar la rienda de este país» y que pretendía «convertirse en un gobierno de facto, cambiar el gabinete de ministros y desconocer la voluntad del pueblo como lo han hecho otros en el pasado». Asimismo, ha señalado que se trata de un «intento de golpe real» y no de un «simulacro» debido a que ha provocado al menos nueve heridos y daños en numerosas propiedades.

La jornada de un "intento de golpe de Estado" militar en Bolivia

La Fiscalía General de Bolivia ya ha anunciado la apertura de una investigación tanto contra Zúñiga como contra todos los militares partícipes de la intentona. «Ante los últimos acontecimientos suscitados en la ciudad de la Paz, sede de Gobierno (...), considerando el firme compromiso del Ministerio Público con los principios que sostienen al Estado democrático de derecho (...) dispuso el inicio de todas las acciones legales que correspondan para el inicio de la investigación penal en contra del general Juan José Zúñiga y todos los demás partícipes en los hechos suscitados y que se constituyen en ilícitos penales», reza un comunicado de la Fiscalía.

De esa forma, ha reiterado su compromiso con la defensa de la «legalidad» y de «los intereses generales de la sociedad» para preservar el sistema democrático. Por su parte, el expresidente Evo Morales ha agradecido «todas las expresiones de solidaridad y apoyo» tanto por parte de los líderes políticos nacionales como de todo el mundo a la democracia boliviana. "Agradecemos todas las expresiones de solidaridad y apoyo a la democracia boliviana expresadas por presidentes, líderes políticos y sociales del mundo.

Estamos convencidos de que la democracia es la única vía para resolver cualquier diferencia y que se debe respetar la institucionalidad y el Estado de derecho. Reiteramos el llamado que para que todos los involucrados en este asonada sean detenidos y juzgados«, ha expresado en su cuenta de la red social X. Asimismo, ha desconvocado las movilizaciones que previamente habían pedido tanto él como el propio Arce en la plaza Murillo para protestar contra la presencia »irregular« de los militares en las calles de La Paz. En los primeros compases de la asonada, Zúñiga ha justificado su acción para evitar que Morales pudiera presentarse a las elecciones, y había llegado a asegurar que »pronto" se formaría un nuevo gabinete.

«Desde hace muchos años una élite se ha hecho cargo del país destrozando la patria. Las Fuerzas Armadas pretenden reestructurar la democracia», había insistido el general, quien aseveró que liberarían a todos «presos políticos», entre los que ha citado a Jeanine Áñez --la opositora Jeanine Áñez, quien en noviembre de 2019 se autoproclamó presidenta-- y a Luis Fernando Camacho.