Imagen del presidente del Gobierno de España, Pedro Sanchez, en su encuentro reciente con Edmundo Gonzalez en la Moncloa. | Moncloa

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España, a través de su Ministerio de Exteriores, ha desmentido que esté implicada en una «operación de desestabilización política» en Venezuela y ha rechazado «rotundamente cualquier insinuación» al respecto, tras sostener el Gobierno venezolano que España «iba a suministrar mercenarios» para un supuesto operativo dirigido por Estados Unidos.

El Gobierno de Pedro Sánchez ha vuelto a reclamar una «solución democrática y pacífica a la situación en Venezuela», después de que el chavismo hiciese pública este sábado la detención de dos españoles por su presunta implicación en una supuesta operación para llevar a cabo actos «terroristas», entre ellos asesinar a Nicolás Maduro.

Los detenidos son los bilbaínos Andrés Martínez Adasme y José María Basoa Valdovinos, de 32 y 35 años, respectivamente. El Gobierno de España ha desmentido que formen parte del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), tras sostener el Gobierno venezolano que estaban vinculados a este departamento. No pertenecen tampoco a ningún otro organismo estatal, según Exteriores.

Ambos estaban en Venezuela como turistas, según sus familias, que el pasado lunes, 9 de septiembre, y tras perderles la pista, denunciaron su desaparición en redes sociales y ante la Ertzaintza. La Policía averiguó que habían sido detenidos y se lo transmitió a los familiares, si bien no se ha indicado el motivo de las detenciones y la investigación policial por la desaparición sigue abierta.

La Embajada de España en Venezuela ha pedido al Gobierno de Maduro tener acceso a los dos detenidos, acusados de terrorismo, para verificar sus identidades y darles la asistencia necesaria. Sus familias están en contacto permanente con el Ministerio de Exteriores y el Consulado de España en Caracas, además de con el Gobierno vasco.

El Partido Popular ha denunciado que el Gobierno no le ha informado sobre las detenciones, lo que ve muestra de que el PSOE «tiene mejor relación con el régimen de Maduro que con el Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo», en palabras de su vicesecretaria de Movilización y Reto Digital, Noelia Núñez.

En este contexto, el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, ha calificado a Venezuela de «régimen dictatorial y autoritario», aludiendo a las detenciones arbitrarias o a que el líder de la oposición, Edmundo González, ha tenido que huir del país y solicitar asilo político en España.

El jefe de la diplomacia europea ha apuntado que con decir que Venezuela es un régimen dictatorial «no arreglamos nada», y que arreglar las cosas reclama a veces «una cierta contención verbal». «Pero no nos engañemos con la naturaleza de las cosas. Venezuela ha convocado unas elecciones, pero no era una democracia antes y lo es mucho menos después», ha agregado en declaraciones a Telecinco.

Sus palabras han llevado a que el PP pida que el jefe del Ejecutivo siga sus pasos. «Venga, Sánchez. No es tan difícil. Tu también puedes. O quizá no. Basta una mínima claridad moral», ha señalado en su cuenta de X la diputada popular Cayetana Álvarez de Toledo.

El PP sigue presionando así al Gobierno de Pedro Sánchez para que considere Venezuela una dictadura, en un momento de crisis diplomática, tras convocar el Ejecutivo de Maduro al embajador español en Caracas y llamar a consultas a su representante en Madrid, después de que la ministra de Defensa, Margarita Robles, calificase a este país caribeño de dictadura.

La formación de Alberto Núñez Feijóo seguirá reclamando que el Gobierno reconozca a Edmundo González Urrutia como presidente electo de Venezuela. El Congreso ya ha instado a adoptar este reconocimiento, con los votos de PP, Vox y PNV, y esta semana lo hará también el Senado, donde los populares tienen mayoría absoluta.

Además, el debate sobre Venezuela llegará el martes al Europarlamento, donde dos grupos piden reconocer al líder opositor como presidente electo y se votará una resolución el próximo jueves.

Ni España ni la Unión Europea han reconocido como legítima la victoria atribuida a Nicolás Maduro, al no haberse publicado las actas electorales que la acrediten, aunque tampoco han reconocido a González Urrutia como ganador legítimo de las elecciones venezolanas.