Alrededor de 70 personas han muerto y cerca de 200 han resultado heridas a causa de los atentados perpetrados esta semana por la rama de la organización terrorista Al Qaeda en el Sahel contra varias instalaciones militares en la capital de Malí, Bamako, según fuentes citadas por la emisora Radio France Internationale, sin que las autoridades hayan facilitado por ahora un balance oficial.
Fuentes civiles y de seguridad citadas por esta emisora han indicado que al menos 20 personas murieron en el ataque contra una base militar cerca del aeropuerto de Bamako, mientras que el resto de víctimas habrían tenido lugar en el asalto contra la Escuela de la Gendarmería en Faladié. Según el portal Le Soir de Bamako, está previsto que este mismo jueves se celebren los funerales de 50 alumnos de la Gendarmería en el interior del perímetro de las instalaciones, igualmente sin que las autoridades malienses se hayan pronunciado al respecto.
La junta militar en el poder desde 2020, liderada por Assimi Goita, no ha dado un balance de víctimas y aseguró en un primer momento que el ataque contra el edificio de la Gendarmería fue repelido, sin nuevos pronunciamientos desde entonces. Por su parte, el presidente de la Comisión de la Unión Africana (UA), Moussa Faki Mahamat, ha condenado «con firmeza» los citados ataques y ha trasladado sus «sinceras condolencias» a las autoridades y a los familiares de las víctimas, según un comunicado publicado por el organismo a través de su cuenta en la red social X.
Faki Mahamat ha recalcado que «estos ataques ponen de manifiesto, con pruebas contundentes, la necesidad de redoblar los esfuerzos colectivos para luchar de forma más eficaz y más solidaria junto a Malí y los demás países del Sahel víctimas de actividades terroristas, tanto a nivel nacional como regional e internacional». Por ello, ha hecho un llamamiento «urgente» para «fortalecer la colaboración estratégica regional e internacional en la lucha contra el resurgimiento del terrorismo y el extremismo violento en África, particularmente en África occidental». La autoría de los ataques fue reclamada por el Grupo de Apoyo al Islam y a los Musulmanes (JNIM), que aseguró que se han saldado con «grandes pérdidas», sin que las autoridades se hayan pronunciado por ahora sobre posibles víctimas.
Los principales objetivos atacados son la Escuela de la Gendarmería en Faladié y el campamento militar de Senou, situado cerca del aeropuerto de Bamako y en el que están desplegados mercenarios de Africa Corps --anteriormente conocido como Grupo Wagner--. El ataque es el primero de gran envergadura contra Bamako desde noviembre de 2015, cuando 20 personas murieron durante asalto por parte de Al Murabitún --vinculado a Al Qaeda-- en un hotel. Sin embargo, una base militar situada a unos 15 kilómetros de la capital fue objetivo en julio de 2022, un ataque perpetrado por JNIM.
En las instalaciones residía Goita, por lo que fue considerado un golpe relevante, en medio de la aproximación de los ataques yihadistas a la capital. El país africano se encuentra en la actualidad dirigido por una junta militar instaurada tras los golpes de Estado perpetrados en agosto de 2020 y mayo de 2021, ambos encabezados por Goita, actual presidente de transición, que ha protagonizado un acercamiento con Rusia mientras se ha distanciado tanto de Francia como de los gobiernos occidentales, incluida su salida en enero --junto a Burkina Faso y Níger-- de las filas de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO).
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