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La planta desaladora se puso en marcha de nuevo ayer, tal como se había anunciado, pero por poco tiempo, pues una nueva avería paralizó por completo el tratamiento de agua de mar. La causa del parón de ayer fue un cortocircuito provocado en el momento en que se puso en marcha la cuarta línea de tratamiento, después de que las tres primeras funcionasen durante cerca de una hora.

No obstante, los técnicos tranquilizaron los ánimos al afirmar que la planta podría repararse en cuestión de horas y ponerse en marcha, poco a poco, desde ayer por la tarde para que hoy esté en disposición de volver a aportar agua al suministro a un ritmo normal, según informó ayer la presidenta de EMAYA, María Crespo.

Ante este nuevo contratiempo, desde la empresa municipal se volvió a dar la orden de hacer uso del agua de los embalses para poder cubrir la demanda. Los pantanos, que apenas almacenan 300.000 metros cúbicos de agua aptos para el consumo, aportaron ayer 42.000 metros cúbicos, lo que deja sus reservas en un estado alarmante.

Además, los bandos hechos públicos el pasado viernes por los ayuntamientos de Palma y Calvià para instar a los ciudadanos y grandes consumidores al ahorro no han logrado su objetivo, pues la demanda no ha descendido un ápice.