300 agricultores se concentraron ante la Delegacion del Gobierno tras manifestarse ante los depósitos de CLH. Foto: S. AMENGUAL.

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La convocatoria tuvo menos respuesta de lo esperado, pero consiguió sus objetivos. La movilización convocada por Unió de Pagesos hasta la Delegación de Gobierno para protestar por las continuas subidas del precio del gasóleo contó con la participación de 300 personas (500 según la organización) que, con 29 tractores y 11 camiones de los transportistas de la PIMEM, consiguieron colapsar durante media hora el centro de Palma.

Lo de ayer, según han reiterado los dirigentes de la organización convocante, «era sólo un aperitivo», una muestra de fuerza de cara a la siguiente protesta prevista para el 12 de octubre, Día de la Hispanidad. En esa fecha los payeses no se limitarán, como ayer, a realizar una concentración simbólica frente a la Delegación de Gobierno y frente a los depósitos de la Compañía Logística de Hidrocarburos. El próximo festivo, si Madrid no ha cedido, no dejarán ni entrar ni salir camiones cisternas y cortarán las principales carreteras de la Isla.

Los organizadores aprovecharon la concentración para lanzar sus primeras consignas. Joan Mas, coordinador de Unió de Pagesos, señalaba a las instalaciones y gritaba a través del micrófono portátil que esa empresa es la que se enriquece «a costa del trabajo de los payeses». Tanto Mas como el secretario general de la organización, Jaume Pocoví, recordaron que en menos de un mes «volveremos aquí si Madrid no elimina el Impuesto de Hidrocarburos y la próxima vez los cortes de carreteras y el caos se multiplicará».

El caos no, pero las retenciones de tráfico comenzaron cuando los tractores, camiones y autobuses en los que se desplazaron los agricultores, (300 metros de comitiva), enfilaron una de las calles principales del Coll d'en Rabassa para dirigirse a través de es Molinar al Passeig Marítim. Por el camino los vehículos hicieron sonar sus bocinas, gesto que era correspondido por algunos coches que se cruzaron con ellos. Algunos de los participantes mostraron, durante el camino, su disgusto por la incomparecencia anunciada de la otra organización agrícola de la Isla, la FAGB.