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A partir del 1 de febrero, para entrar con coche o moto en algunas calles del casco antiguo de Palma, se tendrá que hacer introduciendo una tarjeta en un cajetín instalado en la entrada de las mismas, la cual «hundirá» los pilones retráctiles que se colocarán ex profeso en ella, que de lo contrario impedirán la entrada de cualquier vehículo. Estas «puertas», de las cuales una "en parte" ha sido colocada ya en la entrada de la calle Monjas, sólo permitirán la entrada a los vecinos, comerciantes y vehículos autorizados.

En el poste metálico en el que se introducirá la tarjeta, hay un pequeño micrófono que, en caso de que ésta no haga hundir los pilones, servirá para comunicar al personal que esté en servicio que la puerta no se abre, para que la abran ellos. Junto a la puerta se instalará una cámara para ver quién entra. Por la tarjeta se tendrá que dejar en depósito mil pesetas, que se le reintegrarán una vez que, por cambio de domicilio, por ejemplo, no la necesiten más.

Según hemos podido saber, la instalación de estas «puertas» en determinadas zonas de ACIRE del casco antiguo de Palma, como en la del Banco de España y, próximamente, en la Lonja, evitarán, primero, el deterioro de esa calles, bastantes de ellas remozadas, y, segundo, que descienda notablemente el número de multas que se ponen por entrar en ellas. El año pasado, sin ir más lejos, diez mil multas.

El 1 de febrero, José M. Sierra, responsable del área de seguridad ciudadana, se entrevistará con los vecinos y comerciantes de Monjas para decidir el horario en que los pilones retráctiles entrarán en funcionamiento.