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El Davallament de Sant Joan fue el reflejo de la problemática actual con los textos de los pasajes bíblicos de la Pasión de Jesucristo. El director de la obra, Antoni Bonet, consiguió combinar las dos cosas haciendo una crítica de la violencia doméstica, terrorismo, pobreza, drogodependencia y cómo las personas que gobiernan se lavan las manos como Poncio Pilatos y dejan que ocurran todas estas cosas eludiendo el tema o desviándolo hacia otros aspectos.

El Davallament de Sant Joan cumplió además el décimo aniversario y el acto comenzó con un recuerdo a todas las personas que han participado en esta escenificación en esta década.

El escenario era ideal, la escalinata de Cas Donat en el Puig de Consolació donde se escenificó la última cena, la traición de Judas, la condena del pueblo que pide la muerte de Jesús a Pilatos y lo envía a Herodes, mientras se lava las manos. El público manifestó su emoción cuando vio caer a Jesús mientras trasladaba su cruz. También exclamaron al ver cómo crucificaban al Mesías así como el momento de su muerte.