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JOAN MASCARELL/EFE El malestar entre los profesionales de los hospitales Joan March y General por la incertidumbre de su futuro laboral va en aumento conforme se acerca el 15 de diciembre, fecha dada por el Insalud para la apertura del Hospital Son Llàtzer. Ya casi tres años después de que el entonces ministro de Sanidad, José Manuel Romay Beccaria, y el ex president del Govern Jaume Matas firmaran un «histórico» protocolo en materia sanitaria en el que se diera por hecho el traspaso voluntario de los trabajadores de los hospitales General y Joan March a Son Llàtzer, lo cierto es que hoy nada garantiza ese trasvase automático de personal y los problemas jurídicos para hacerlo factible se amontonan.

La consellera de Sanitat, Aina Salom, aseguró ayer que los trabajadores de los hospitales del Govern «pueden estar tranquilos porque no se van a quedar sin trabajo». Salom tranquilizó al colectivo asegurando que «estamos negociando para que todos puedan tener opción al traslado». La consellera, para evitar confusiones, aclaró que, contrariamente a lo que se piensa, el modelo de fundación «no dificulta más este traspaso de trabajadores» y agregó que éstos «nunca se va a quedar sin trabajo en esta comunidad». Sin embargo, los trabajadores ya no creen en las buenas palabras y están dispuestos a movilizarse para exigir el compromiso de poder pasar directamente a Son Llàtzer.

La apertura de Son Llàtzer provocará un brusco descenso de la actividad de los hospitales hoy concertados por el Insalud: General, Joan March pero también de Cruz Roja y San Juan de Dios. Su reconversión hacia recursos sociosanitarios traerá consigo que haya especialidades que dejarán de prestarse por lo que el riesgo que se queden sin trabajo es patente según los sindicatos.

Hasta la fecha los responsables sanitarios de las Islas habían dado por hecho a los sindicatos el traspaso automático del personal de los hospitales del Govern, y también de Cruz Roja y de San Juan de Dios, a Son Llàtzer, siendo el único requisito el visto bueno del trabajador. Sin embargo, hoy se sabe ya que no a todos los trabajadores se les dará la oportunidad de pasar a Son Llàtzer y el punto recogido en el protocolo por el que «la plantilla del Hospital Son Llàtzer se integrará por el personal que ambos organismos transfieran de sus respectivas instituciones, siempre con carácter voluntario, de conformidad con la normativa vigente» está en el aire.