Divididos en pequeños grupos, los «xeremiers» llevaron la música a diversas calles del pueblo acompañados de gigantes. Foto: M.C.

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Sa Pobla se despertó ayer al son de la xeremia. 150 xeremiers procedentes de las Islas y de diversos puntos de la Península, como Asturias, Galicia, Catalunya o Valencia, participaron por la mañana en la VII Trobada de Xeremiers de sa Pobla, que anualmente organiza la Associació Cultural Albopàs.

Las calles de sa Pobla se llenaron ayer de música. A las 10 de la mañana y divididos en pequeños grupos, los xeremiers se repartieron por diversos puntos del pueblo y tocaron esparcidos por diversas calles y plazas de la localidad. Una hora más tarde se reunieron y juntos partieron con sus melodías hacía el casal cultural de Can Planas, donde les esperaban los tradicionales gigantes. Una vez allí, a las doce del mediodía, se dirigieron en cercavila y tocando al unísono hacia la Plaça de la Vila.

Lo que empezó siendo una pequeña reunión entre una veintena de especialistas en el arte de la xeremia se ha convertido, en su séptima edición, en un gran encuentro en el que se reúnen xeremiers de todo el país. «La idea de organizar una trobada de estas características surgió a raíz de sa Pobla a Gràcia (Barcelona), una fiesta en la que me di cuenta que se motivaba a los jóvenes a tocar la ximbomba... Pensé que se podía organizar algo similar pero con la xeremia», explica Antoni Torrens, impulsor y organizador de la Trobada.

Como en ediciones anteriores, la Trobada de Xeremiers coincidió ayer con la Fira de Luthiers o artesanos fabricantes de instrumentos. Esta feria, que se creó con un escaso seguimiento, contó, en esta ocasión, con la participación de un total de 13 expositores.