El Consell de Mallorca se ha propuesto combatir el urbanismo ilegal
hasta sus últimas consecuencias, incluidas las denuncias judiciales
contra aquellos municipios que incumplan la legislación o que, como
se dice coloquialmente, hagan «la vista gorda». Estas drásticas
medidas han afectado directamente al Ajuntament de Montuïri, contra
el que el Consell de Mallorca decidió presentar una denuncia ante
los tribunales en la reunión celebrada por la Comissió Insular
d'Urbanisme la pasada semana.
El motivo es la concesión de una licencia de ampliación de una
vivienda en suelo rústico. Al Consell le consta que, en realidad,
la ampliación no es tal, sino que se trata de la construcción de
una vivienda nueva. Sin embargo, cuando hizo notar al Ajuntament
que el propietario del terreno no tenía derecho a la licencia, el
Consistorio no dio marcha atrás. Por esta razón, el Consell ha
decidido recurrir a los tribunales para que sean ellos quienes
decidan si la licencia está bien o está mal concedida.
El responsable de Urbanisme del Consell, Antoni Pascual, explicó
ayer que la institución insular ha decidido actuar de una vez por
todas en contra de prácticas de este tipo que son comunes en
algunos municipios. El conseller señaló que el Consell quiere
combatir, en la medida de lo posible, el urbanismo ilegal, para lo
que incluso llevará a los tribunales a los ayuntamientos que
incumplan las normas.
El caso que se ha presentado en Montuïri es común en muchos
municipios de las Islas. Numerosos propietarios de terrenos quieren
construir una vivienda en suelo rústico, pero no disponen de los
14.000 metros mínimos que marca la Ley de Suelo Rústico para poder
edificar. Como consecuencia de ello, solicitan la licencia de
ampliación de una vivienda, que, en la mayor parte de los casos es
concedida por el respectivo Ajuntament. Con esa licencia concedida,
el propietario del terreno aprovecha para construir una vivienda
que antes no existía. Una vez hecha, si surgen problemas, el
propietario dispone de la licencia preceptiva.
El director insular d'Urbanisme, Miquel Angel Grimalt, explicó
que, en cualquier caso, toda licencia concedida por los
ayuntamientos tiene presunción de legalidad, por lo que en
ocasiones no se estudia si esta autorización para urbanizar está
bien o está mal concedida. «Sin embargo, cuando hay una evidencia
mínima de que puede haber una irregularidad, el expediente se
examina con lupa, como ha sido el caso de Montuïri», explicó el
responsable de Urbanisme del Consell.
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