Munar ha comunicado a Antich que quiere renegociar la ley de cupos.

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La aprobación de la ley de cupos ha reabierto de nuevo la guerra urbanística entre los representantes de UM y el resto de miembros del Pacte de Progrés. Unió Mallorquina ha comunicado oficialmente a sus socios que no está de acuerdo con el texto que el Ejecutivo aprobó en el Consell de Govern ya que, según los nacionalistas, no se ajusta a los términos pactados en su día en una reunión a la que asistieron Francesc Antich y Francesc Quetglas, por parte socialista y Maria Antònia Munar y Miquel Nadal, por parte de UM.

Los nacionalistas aseguran que, en aquella reunión celebrada poco antes de la aprobación de la ley, se establecieron una serie de condiciones básicas que debía reunir el texto y que, según UM, no se han cumplido. En especial, los nacionalistas remarcan que el texto pactado debía recoger que la ley no se aplicaría hasta que no entrara en vigor el Plan Territorial de Mallorca. Según dicen, la temporalización de licencias es innecesaria ya que la moratoria seguirá en vigor y, por lo tanto, es absurdo temporalizar unas licencias que no se pueden otorgar de ninguna manera.

Sin embargo, la ley que aprobó el Consell de Govern no incluye esta disposición ya que es de aplicación inmediata. El conseller d'Obres Públiques, Francesc Quetglas, ya ha anunciado a UM que este aspecto es innegociable para el Ejecutivo. La situación, por lo tanto, es de máxima tensión ya que UM exige unos cambios que el Govern no está dispuesto a aceptar. El motivo que ha reabierto la herida que, en apariencia, estaba cerrada es que hoy finaliza el plazo para presentar enmiendas, es decir, propuestas de modificación al texto en el Parlament balear. Se da por hecho que UM presentará un paquete de enmiendas con el objetivo de poder seguir negociando los cambios que aspira a introducir en la ley.

Según aseguran algunas fuentes, las enmiendas de UM estás abiertas a los posibles cambios ya que su voluntad es mantener la negociación hasta el último momento. Por el momento no se ha decidido qué sucederá en caso de que el Pacte no acepte las enmiendas, pero cabe incluso la posibilidad de que UM se abstenga en la votación definitiva cuando el asunto se debata en el pleno del Parlament.