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El doctor Javier Beut, presidente de Cirujanos Plástikos Mundi, acaba de regresar de Anantapur (India), lugar que sobrevive gracias a la labor incansable de Vicente Ferrer. Allí, en compañía de los doctores Aguiló y Albert Musolas, miembros de CPM, ha estado operando por espacio de diez días. Les acompañaba Inga Escandell, coordinadora de la ONG.

«Nada más llegar a la Fundación Vicente Ferrer, éste nos salió al encuentro portando un paraguas en la mano a pesar de que no llovía, pero por lo visto, llevarlo sin que llueva es algo típico en aquel país, entre otras cosas -supongoporque allí las lluvias, y más en temporada de lluvia, te puede sorprender cuando menos te lo esperas. Vicente nos dio la bienvenida y se alegró de nuestra presencia. Al día siguiente, tras desembalar los cerca de ochenta kilos de material quirúrgico que nos prestó la universidad de Stanford (EE UU), que colabora con nosotros desde hace años, nos pusimos a operar», explica el médico.

Cuenta Beut que gracias a que en el pasado mes de julio enviaron a Anantapur una cámara digital, «a través de la cual pudieron fotografiar los distintos casos, y enviárnoslos, sabíamos que teníamos que hacer, aproximadamente, unas 150 operaciones. Desgraciadamente no todas las pudimos llevar a cabo, debido a que no todos estaban en condiciones óptimas para entrar en un quirófano. De ahí que canceláramos unas 70 casos, lo que se tradujo en hacer 7 operaciones por día».

Lo que más operaron fue labios leporinos y alguna que otra secuela de quemadura y de mordedura de serpiente. Ni que decir tiene que el ambiente fue de lo más agradable. «El nivel profesional con que nos encontramos fue alto y contamos con la colaboración de dos anestesistas indios y de otras tantas enfermeras, además de un cirujano argentino, doctor Aguirre. Y, por supuesto, Vicente Ferrer nos animó a volver. Y volveremos, claro».