Silvia Fluixà cantó la Sibil·la en la Catedral de Palma.

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Tras una buena cena en familia, muchos mallorquines se fueron a matines, una cita ineludible para la comunidad cristiana y un oficio autóctono que se celebra en todas las iglesias de Mallorca. Fueron muchos los que no se quisieron perder los sermones de la calenda, que recita un niño, antes o después de la misa de la noche de Navidad, recordando el misterio de Belén; y los anuncios del ángel o la Sibil·la, un canto medieval y profético que anuncia el Juicio Final. Sin duda una bella tradición propia que envuelve en sentimientos al feligrés cuando la dulce voz de un niño o una niña, vestidos con una túnica y con la espada erguida ante la cara, anuncia el Apocalipsis.

En la Catedral de Mallorca, el santo oficio fue presidido por el obispo, monseñor Teodoro Úbeda, y la Sibil·la fue interpretada por Silvia Fluixà, componente de la Capella Mallorquina. Mientras, en Sant Francesc fue el pequeño de 13 años Gabriel Pascual quien cantó por tercer año consecutivo. También hubo misa del Gallo en las capillas de diversos hospitales de la Isla, como la de la Clínica Rotger, que se llenó para oír a la Sibil·la.

Hubo matines en toda Mallorca. En la parroquia Virgen del Carmen del Port d'Andratx, donde el oficio empezó a las ocho de la noche, Isabel Moragues Bonet, de 15 años, fue la Sibil·la por cuarta vez, y el ángel, el pequeño de nueve años Tomeu González.

En la iglesia parroquial de Santa Maria la Major de Inca, Marc Alomar cantó la Sibil·la, mientras que Àlex Bauçà pronunció el sermón de la calenda y Rut Mulet fue el ángel. En el Santuari de Lluc, los tres protagonistas fueron Albert Campos, como Sibil·la, Antoni Sureda como ángel y Llorenç Colmillo, que fue el encargado del sermón de la calenda.

D.J.N.