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LL. LORENZO
El euro ha encarecido los productos de consumo más habituales y la vivienda. Ésta es la principal conclusión a la cual ha llegado el director general de Economia del Govern y jefe del Instituto Balear de Estadística, Antoni Monserrat, después de casi un año de curso legal del euro.

Según Monserrat, «es evidente la implicación del euro en el encarecimiento de diferentes tipos de productos, a pesar que las cifras oficiales del Índice de Precios al Consumo (IPC) intentan desmentirlo. Por ejemplo, un café que costaba 150 pesetas hace un año ahora vale 166'386 -cosa que equivale a un aumento del 11%-. Este encarecimiento se ha notado sobre todo en productos de importe pequeño que consumimos con mucha frecuencia. Además, ha influido en el encarecimiento de la vivienda, ya que facilita el movimiento de capital inversor desde el extranjero».

Antoni Riera, jefe del Instituto de Investigación Económica de Sa Nostra, asegura que «después del cambio de metodología que hizo el Instituto Nacional de Estadística (INE) para calcular el IPC, es muy difícil calcular qué parte del incremento del IPC se debe a la implantación del euro. Ahora bien, la sensación generalizada es que ha aumentado más el precio que en muchos otros países porque nuestro cambio se fijó en 166'386 pesetas cada euro. Eso ha hecho que hayamos intentado redondear y cosas que valían 90 céntimos ahora cuesten un euro, es decir, cerca de un 10% más».

Riera señala que «básicamente se han encarecido todos aquellos productos de empresas que no tienen competencia, como son los productos de peluquería, los precios de los conciertos, del cine». Además, el director del Instituto de Investigación Económica de Sa Nostra cree que «debe haber un efecto psicológico, que los consumidores identifiquen las 100 pesetas con el euro». Todo ha llevado, según Riera, a «perder poder adquisitivo; sin lugar a dudas, se ha registrado una retracción del consumo».

La Unión de Amas de Casa de las Balears (UNAE), presidida para Magdalena Bordoy, apunta que «se ha notado mucho la subida de precios, sobre todo en la cesta de la compra y en la ropa. A causa del redondeo todo es más caro, salvo el viaje de la EMT, que antes costaba 175 pesetas y ahora cuesta 166'386. Este encarecimiento ha hecho que la gente no consuma con la alegría de otros años, porque el dinero no le rinde como rendía antes.