Si en el ya pasado año 2002, el protagonismo de las chocolatadas
lo acaparó la entrada en vigor de la moneda única, en esta ocasión,
la eurochocolatada centró ayer su atención en la gran demanda de
ensaimadas. El año 2003 comenzó con gran alegría y cogiendo fuerzas
a base de chocolate con ensaimadas, churros o pastas. Muchos
profesionales destacaron desde primera hora la gran «salida» de
ensaimadas que han pedido los clientes en Nochevieja/Año Nuevo.
Poco después de las doce campanadas, chocolaterías y cafeterías
ponían los fogones en marcha y las bandejas relucientes a punto
para cubrir las necesidades de los primeros clientes del año. Como
suele ser habitual, los mayores, padres y abuelos, daban por
finalizada la fiesta en compañía de amigos y familiares alrededor
de una mesa saboreando el tradicional chocolate con ensaimadas.
Desde las 00.30 hasta las 3.30 horas, aproximadamente, fueron las
personas mayores quienes se acercaron a consumir.
Ya con las últimas horas de la noche y los primeros rayos del
amanecer los jóvenes y adolescentes, como vampiros, se acercaban a
cargar fuerzas a las principales chocolaterías. En la plaza de
España, dos de las más prestigiosas, bar Cristal y 1916, ofrecían
un servicio, más o menos rápido y a ritmo de ensaimadas. Otra de
las chocolaterías más emblemáticas, Can Joan de s'Aigo, en la
travesía de Jaume III, cerró sus puertas a las 21 horas del día 31
ante la sorpresa de algunos clientes, que al acudir al local vieron
el cartelito de «cerrado». El Café Cappuccino del Passeig Marítim
se llenó no sólo en su interior, también en la terraza exterior, y
es que el buen clima acompañó a deleitar la taza de chocolate
acompañando algún bollo o tarta de repostería.
Julián Aguirre
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