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El Govern acusó ayer al eurodiputado del PP Carlos Ripoll de «manipular» documentos de la Unión Europea y de pretender «distorsionar la opinión de los ciudadanos» en relación al borrador de planificación energética que considera prioritario el cable eléctrico entre Balears y la Península en lugar del gasoducto. «No nos fiamos de los documentos de Ripoll, quien por intereses partidistas ha manipulado este asunto del gasoducto», acusó el portavoz del Govern, Antoni Garcías. El portavoz del Ejecutivo recordó que en 1997 el Govern que presidía Jaume Matas apostaba claramente por el gasoducto y solicitaba financiación del Gobierno central para ejecutar el proyecto. «El PP no puede ser más incoherente», subrayó Garcías.

En rueda de prensa, el PP distribuyó el borrador completo de planificación energética de la UE, que apuesta por la conexión eléctrica entre la Península y las Islas. Según explicó el eurodiputado Carlos Ripoll, el cable es un «proyecto prioritario», que sería financiado en un 20 por ciento con fondos europeos. En el informe difundido por el PP, el gasoducto es un «proyecto de interés común», junto a una «enorme cantidad» de otros proyectos que los gobiernos de los distintos países han presentado a la Unión.

Por lo tanto, según Ripoll, dichos proyectos no podrán ser financiados antes de 15 ó 20 años porque los fondos son limitados y porque en 2004 se sumarán a la institución 10 nuevos países, con sus respectivos proyectos energéticos, que tendrán prioridad con respecto al listado en el que se incluye el gasoducto. «Las prioridades de la Unión Europea se refieren a que la electricidad llegue a todas las regiones con el fin de liberalizar el sector», subrayó Ripoll.

El eurodiputado del PP destacó que, como los países miembros de la UE no son productores de gas, la prioridad sería traer el combustible a Europa de Argelia, Oriente Próximo, Rusia y el Mar Caspio, pero no llevarlo de la Península a Balears o de Italia a Sicilia. «O bien nos ponemos a trabajar con la realidad que presenta la Unión Europea o perderemos el tren de las inversiones europeas», advirtió Ripoll.