Mariantónia Oliver propone un viaje hacia la fantasía y lo puramente onírico.

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El Teatre Municipal acogerá hasta el próximo día 20 de este mes un espectáculo lleno de magia: «Bobot a Gal·lifòrnia». Se trata de una ocasión magnífica para iniciar a los niños -y los no tan niños- en el mundo de la danza, una disciplina artística a veces poco comprendida.

La prestigiosa coreógrafa y directora teatral Mariantònia Oliver ha creado un universo onírico, fantástico. «Bobot» viene a Palma precedida de un gran éxito. Ya se estrenó en marzo de 2001 en el Auditori d'Alcúdia, y había estado girando por escenarios mallorquines y de ámbito europeo. Por fin ha llegado a Ciutat, donde ha sido recibida con gran interés.

Oliver explica: «Bobot es un nombre cualquiera. Gal·lifòrnia viene de la gallina, tenemos una gallina móvil, que hizo el escultor Ferran Aguiló. El título evoca un paisaje, un viaje». La coreógrafa apunta: «Tenía un imaginario, un universo propio. Pero había que darle forma: Sonido, dibujos y movimientos».

Oliver se ha apartado de las formas tradicionales de danza: «Hemos trabajado mucho con improvisaciones. Aquí el bailarín aporta ideas. Es un lenguaje contemporáneo». Los bailarines son Clara Matas, Carme Vadell, Victor Zambrana y Resu Ragel. Dos hombrecitos, un niño y niña son los protagonistas: «Son pequeños cuentos que van enebrando un todo. Son pequeñas historias acompañadas de dibujos animados».

Para Oliver, «la percepción en el mundo de la danza es diferente que en el mundo del teatro. Éste es un espectáculo supertranqui. Los niños están acostumbrados a ver cosas muy estresantes, con payasos que se mueven a gran velocidad. He intentado educar el lenguaje y la mirada de los niños de una forma más reposada».

T. Limongi