De los más de dos millones de kilos de productos agrícolas (frutas
y hortalizas) retirados en 2001 en Balears (retirada subvencionada
por la Unión Europea por exceso de producción), prácticamente nada
ha ido a beneficencia, usos humanitarios o consumos en colegios y
centros de la Tercera Edad. En ese año (y en 2002 la tendencia es
la misma, aunque las cantidades aún no están cerradas), de 2'2
millones de kilos (2.200 toneladas) de productos retirados, sólo 56
kilos de albaricoques tuvieron un destino benéfico, según una
respuesta parlamentaria del conseller d'Agricultura, Mateu
Morro.
Los productos retirados por exceso de producción pueden tener
tres destinos: la destrucción o inutilización, su uso como alimento
de animales, y la beneficencia, que incluye su exportación a otros
países (si no son perecederos) o el aprovechamiento por parte de
colectivos desfavorecidos, colegios y centros de la Tercera Edad.
Cabe destacar que no son productos en mal estado, sino,
simplemente, excedentes.
El valor de todos estos excedentes asciende a poco más de
150.000 euros (unos 25 millones de pesetas). Las normativas al
respecto no obligan a colocar los excedentes en beneficencia. En
este sentido, Josep Juan Cardona, diputado autonómico del PP, ha
declarado que «el hecho de que la beneficencia no esté obligada por
ley no significa que no se puedan planificar unos cupos mínimos con
este destino. Además, estos cupos se podrían organizar durante todo
el año en función de las épocas y temporadas de cada producto».
De los 2'2 millones de kilos retirados, un millón y medio (el 69
por ciento) se han destruido o inutilizado, mientras que los
690.000 kilos restantes han tenido como destino la alimentación de
animales.
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