A lo largo de la jornada se realizan desfiles de manera incesante en las diferentes pasarelas.

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Julián Aguirre. Enviado especial a París. Un año más y coincidiendo con la gran fiesta del trote, el Prix d'Amérique, que era el principal objetivo de este viaje, tuvimos tiempo para acudir a la inigualable pasarela de lencería y moda íntima que se celebra el último fin de semana de enero en el Palacio de Versalles de París. Con estelar presencia de empresarios mallorquines, en el Salón Internacional de Lencería pudimos apreciar de primera mano las novedades y tendencias de las prendas más sugerentes y atrevidas. El acceso restringido para el gran público y sólo permitido para prensa especializada y profesionales del sector, da paso a la mejor feria mundial, según los entendidos, en moda de lencería fina.

En el interior la actividad es frenética y cada uno de los stands albergan una pasarela, donde las y los modelos realizan continuos desfiles mostrando lo que saldrá a las boutiques o centros comerciales de todo el mundo. España tiene numerosos stands, incluso uno en conjunto donde se servía vino y jamón serrano. Por el contrario Balears está representada de manera personal por cuatro o cinco personas, entre ellos los hermanos Rubí, Antonio y José Miguel, quienes continúan los pasos profesionales de su padre y llevan varias firmas de gran nivel y prestigio, como Simone Perèle y Calze Levante.

Aunque la feria está dedicada a la moda tanto de hombre como de mujer, son éstas, las mujeres, quienes pueden presumir de abarcar casi el 90 por ciento de los productos, pues el hombre tan sólo añade y de manera sorprendente el tanga, incluso algunos con volumen, pero son los boxes y calzoncillos ajustados los que predominan en la moda masculina.