La concesionaria de la gestión de residuos en Mallorca, Tirme, se
ha negado a cumplir la orden del Consell Insular de empezar a
verter cenizas de la incineradora de Son Reus en el depósito de
seguridad, inaugurado hace tan sólo tres meses y que desde entonces
no ha funcionado.
En este caso de desobediencia de una concesionaria con la
Administración que le adjudicó el servicio, Tirme alega que, para
cerrar o sellar el actual vertedero de cenizas e iniciar el
funcionamiento del nuevo depósito, es necesario un informe de la
Direcció General de Recursos Hídrics, de la Conselleria de Medi
Ambient, que evalúe el impacto de las dos instalaciones en el
acuífero sobre el que asientan.
El Consell niega que este informe sea preceptivo y por ello no
ha querido solicitarlo a Recursos Hídrics. Sin embargo, la postura
de Tirme es clara y ha anunciado a la institución insular que no
vertirá cenizas mientras no disponga del citado informe. Según ha
podido saber este periódico, las discrepancias por esta cuestión
entre técnicos del Consell y de Tirme han sido evidentes en
diversas reuniones entre ambas partes. El gerente de Tirme, Angel
Fernández, se ha limitado a reconocer las divergencias y el
conseller executiu de Medi Ambient i Natura del Consell, Miquel
Àngel Borràs, ha reducido el conflicto a «un problema de papeleo
burocrático que puede resolverse en unos días».
Sin embargo, el director general de Qualitat Ambiental de la
Conselleria de Medi Ambient, Nicolau Barceló, confirmó ayer que «a
día de hoy (ayer para el lector), el Consell no ha solicitado
ningún informe hídrico sobre el vertedero y el depósito de
seguridad, por lo que la consellera Margalida Rosselló ha remitido
una carta a la institución insular recordando que, en aplicación
del Pla Hidrològic de Balears, del decreto estatal de residuos y
del Pla de Residus de Mallorca, el cierre o la apertura de un
vertedero de residuos precisan de ese estudio».
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