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Joan J. Serra
Tras años de estudios, la Dirección General de Conservación de la Naturaleza, del Ministerio de Medio Ambiente, y las universidades de Valencia, Barcelona, Alicante y Autónoma de Madrid, con el asesoramiento de la Sociedad Española de Cetáceos, ha propuesto la creación en el Mediterráneo español de zonas de especial conservación para estos mamíferos marinos.

Las áreas propuestas, como no podía ser de otra manera, abarcan el mar balear. Concretamente, la costa norte de Mallorca (incluyendo sa Dragonera), la costa norte de Menorca, el canal de Menorca, el sureste de Mallorca y Cabrera, y el sur de Formentera. Estas zonas ya tienen un nivel de protección a través de la figura del Lugar de Interés Comunitario. Esta figura de preservación corresponde a la legislación europea, pero la propuesta para los cetáceos implicaría su ampliación. El resto de zonas están comprendidas a lo largo de la costa mediterránea española, entre el Cabo de Creus y Gibraltar.

Según informa la revista «Ambienta», editada por el propio Ministerio, en el llamado sector norte (Catalunya y Balears), la densidad de las diferentes especies de cetáceos se determinó realizando vuelos en avioneta. En total se sobrevolaron 3.725 millas náuticas que cubrían la totalidad de la costa catalana y el mar y las costas de Balears. Además, el equipo de investigación navegó cerca de 4.000 millas náuticas para comprobar el uso que hacen los cetáceos de las distintas áreas de potencial conservación.

Los resultados de vuelos y cruceros revelaron la presencia de ocho especies de cetáceos, entre los que se encuentran los delfines mulares, comunes y listados, el delfín de Risso, el calderón común, el cachalote, el zifio de Cuvier y el rorcual común. De todos modos, sólo se registraron avistamientos importantes en número de delfín mular y listado.

En aguas de Balears, el delfín de Risso se adentra en zonas de hasta mil metros de profundidad, mientras que los avistamientos de cachalotes se dieron en áreas próximas o superiores a esos mil metros. En este caso se trata de individuos solitarios que se concentran en el canal entre Eivissa y Mallorca. El rorcual común, por su parte, es la segunda especie más abundante en este área. Su presencia es permanente, pero la densidad aumenta durante la migración primaveral hacia el Golfo de León y el Mar de Liguria.