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El Colegio Público Alcúdia estaba patas arriba preparando su final de curso. Todos los alumnos participaban en ello con ganas e ilusión, trabajando codo con codo para sacar adelante la mejor de sus actuaciones. Los chavales del C.P. Alcúdia, más conocido en la zona como «s'Escola Nova» provienen de muy distintas nacionalidades: ucranianos, colombianos, chilenos, argentinos, marroquíes, sudafricanos, rumaneses, rusos, alemanes, chinos, uruguayos, españoles... ante los ojos de sus compañeros y del equipo de profesores del centro escolar todos son iguales, no hay diferencias entre ellos.

El centro escolar se acoge al programa de interculturalidad «Vivim plegats», dependiente d'Ordenació i Innovació de la Conselleria d'Educació i Cultura, cuya intención es la de trabajar por la paz y la solidaridad, transmitiendo valores con fines educativos. Asimismo, cuentan con un refuerzo de varios profesores, encargados de orientar a los alumnos recién llegados de sus países y fomentar su integración en el centro. Este equipo de apoyo está compuesto por una pedagoga terapéutica, una encargada de orientación educativa, apoyo en la atención a la diversidad y otro en compensación lingüística.

Ante la pregunta de «¿cómo es un día en la escuela?» la sorpresa inundó sus rostros: «normal, como siempre», dijeron haciendo ademanes de indiferencia. Para ninguno de ellos es novedad acudir al colegio y coincidir con tan internacionales compañeros; entre ellos no hay barreras ni impedimentos de ningún tipo. La clase de sexto curso preparó su actuación en el patio del colegio; Jeanette, una niña colombiana intentaba ponerse en la piel de la cantante Beth; señaló que «el primer día estaba muy nerviosa», al igual que un chaval argentino, Mariano: «los primeros días no sabía qué hacer, pero mis compañeros enseguida me invitaron a jugar y me sentí muy bien».

Carmen Lorente, directora de s'Escola Nova manifestó «ellos ya no se sorprenden con la llegada de nuevos alumnos procedentes de otros lugares, la solidaridad y tolerancia son los valores más fomentados y trabajados en este colegio, aunque no nos vamos a engañar, hay mucho trabajo duro detrás, no todo es color de rosa, pero vale la pena si trabajamos coordinados. Todos somos iguales y podemos aprender unos de otros». Todos los alumnos han aprendido a convivir unos con otros aunque algunos de ellos se mostraban muy sorprendidos con el nuevo idioma: «fue una gran sorpresa encontrar un idioma diferente al mío y aprenderlo, porque aquí recibimos las asignaturas en catalán, pero no me costó demasiado», decía un alumno de sexto curso uruguayo. Realizando diversas actividades del programa «Vivim plegats» al final todos se dan cuenta de que no somos tan diferentes unos de otros. «Este año nos hemos centrado en conocer más la cultura popular mallorquina; del mismo modo, durante el día de interculturalidad vino Víctor al centro, un monitor de 'Vivim plegats' y enseñó a los niños danzas y cuentos africanos. Poniendo en común todos los conocimientos adquiridos se dieron cuenta que no hay tanta diferencia entre nuestras rondalles y los cuentos africanos», decía Carmen Lorente.

M.Puigròs