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Cientos de personas se congregaron ayer por la tarde en es Molinar para asistir a la tradicional procesión, primero terrestre y, a continuación, marítima en honor a la Verge del Remei.

El punto de partida fue la Iglesia de Nuestra Señora del Remedio, que este año cumple su 50 aniversario. A las ocho en punto, entre cohetes y animación de la banda de la cofradía, el séquito partió hacia el puerto caminando por primera línea del paseo marítimo.

Varios fieles, precedidos por la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer, portaban a hombros la imagen de la virgen.

La procesión al completo se dirigió hacia el Club Naútico Portixol, que también está de celebración por sus 75 años de vida. Tras unas breves palabras comnemorativas por parte del párroco, todos los asistentes escucharon en silencio el himno de la Salve Marinera y, a continuación, la virgen fue embarcada en el «Vimi», un llaüt mallorquín propiedad de Miguel Borrás y del que dicen los vecinos que es el barco más preparado del puerto. Como era costumbre, el alcalde embarcaba junto a la virgen y miembros de la cofradía Nuestra Señora del Remedio, pero, en esta ocasión, la alcaldesa no pudo quedarse. El paseo por el mar llegó hasta la desembocadura del Torrent Gros y después regresó al Club Marítimo es Molinar. Cohetes y máxima expectación entre los fieles dieron la bienvenida de nuevo a la virgen, que fue devuelta a la iglesia parroquial. L.Q.