Margalida Moner ha sido elegida por Jaume Matas para sustituir a Tomàs Cortès. Foto: JAUME MOREY

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La toma de posesión de la nueva titular de Agricultura se celebrará el martes a las 17.00 horas en el Consolat, según un comunicado enviado ayer desde Presidència del Govern. Margalida Moner es consellera en el Consell de Mallorca, por lo que deberá dejar este puesto ya que es incompatible con el de consellera del Govern balear. Su nombramiento como consellera plantea además otro problema para el PP, ya que estaba previsto que Moner fuera una de los siete directores de área del nuevo Institut de Serveis Socials i Esportius de Mallorca, que dirige Margalida Vilanova. La publicación ayer en Ultima Horade la renuncia del conseller ha precipitado el relevo en la Conselleria, así como el anuncio del nombramiento de la nueva consellera, ya que Jaume Matas no tenía previsto anunciar los cambios hasta mañana lunes, tanto en lo que respecta a la salida de Cortès como al nombramiento de su sustituta.

A pesar de que Tomàs Cortès comunicó su renuncia al president del Govern en una reunión que mantuvieron ambos el pasado viernes en el Consolat de la Mar, el ex conseller d'Agricultura ya había adelantado sus intenciones al president el pasado martes, tras conocer una serie de informes médicos que le aconsejaban moderar su ritmo de trabajo. Aunque Matas ya conocía las intenciones de Cortès, el debate sobre el Estado de la Comunitat y un viaje oficial del president a Bruselas obligaron a posponer el encuentro entre ambos hasta el pasado viernes.

Las fuentes del Govern consultadas por este periódico aseguraron que Jaume Matas ha optado por nombrar una nueva consellera de marcado perfil político en lugar de un técnico, ante las enormes dificultades a las que deberá hacer frente el mundo den la payesía una vez que se empiece a negociar la reforma de la Política Agraria Común (PAC). Las mismas fuentes aseguran que Jaume Matas hubiera preferido que el ex conseller Tomàs Cortés continuara en el cargo, pero entendió sus razones. Según aseguró el propio Cortés a Matas, su deseo era no perjudicar al president con una Conselleria a medio gas.