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Han sido meses de trabajo, negociaciones y molestias, pero por fin ha concluido la reforma de las calle Velázquez, Cazador y Volta de la Mercè, que esencialmente ha consistido en la ampliación de aceras, supresión de plazas de aparcamiento, sustitución del asfalto por baldosas y la colocación de pilones fijos. La reforma, con algunas discrepancias muy concretas, ha sido favorablemente acogida.

La reforma se incluye en el llamado Pla de Mobilitat que empezó a tomar cuerpo en la legislatura pasada, aunque la fragilidad del anterior alcalde al intentar contentar a todos, dio al traste con alguna de las acciones emprendidas, como es el caso de la bajada de los pilones retráctiles. En esta ocasión, Cort parece haber actuado con firmeza, ateniéndose al dictamen que llevó a aprobar el referido plan, y se ha tenido en cuenta el interés general.

La calle Velázquez ha visto reducida a la mitad su capacidad de aparcamiento, con lo que prácticamente ha quedado reservada al tránsito. La calle Cazador ha sido convertida en peatonal, y la entrada a la zona del Banc de s'Oli se hace desde Anselmo Clavé por la calle Volta de la Mercè, que al llegar al tramo desde Velázquez a la plaza de la Mercè el paso está regulado por un pilón retráctil, que sólo debe permitir el paso a residentes, transporte público y de mercancías sólo por la mañana.

En el caso de la calle Velázquez, la ampliación de las aceras ha supuesto dotar de un espacio más cómodo para los transeúntes.