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R. GALLEGO
El ex gerente del Institut Municipal d'Informàtica (IMI), Joaquín Rodríguez, desmintió ayer las tesis que apuntan a presuntas irregularidades en las contrataciones del personal de este organismo.

Sorprendido con «la enorme cantidad de tonterías que se han dicho en los últimos días» Rodríguez quiso aclarar que el Ajuntament, entonces dirigido por el socialista Ramón Aguiló, encargó a una empresa vinculada al consistorio de Marsella el proceso de contratación de la plantilla. «Además, en el momento de las entrevistas personales estaban presentes dos funcionarios de Cort: Víctor Garau, y el finado Antoni Balaguer, que era el arquitecto municipal, añadió. El ex gerente sostiene que un centenar de puestos de trabajo fueron debidamente publicitados, con la inserción de anuncios en la prensa nacional y local, y que sólo unas cuántas plazas, las dirigidas a cubrir el personal dedicado al catastro, se acogieron a la modalidad de obra y servicio.

El que fue responsable de EMISA -que después se convirtió en IMI- entre 1984 y 1999 rompió su silencio para asegurar que la selección de los trabajadores se realizó de acuerdo a la legalidad, y que «detrás de todo este caso se encuentra la sombra de Cort, que quiere privatizar el instituto».

«Se seleccionaron los jefes de departamento y los informáticos y a continuación los ayudantes de campo, los programadores etcétera. Y todos los contratos se hicieron de manera transparente, con la intervención de tribunales integrados por personal del Ajuntament y de EMISA. Lo que está claro es que nadie fue fichado a dedo, en el IMI hay documentos que lo acreditan» señaló.

Lo que hace referencia a la posibilidad de que Cort tenga la intención de privatizar el IMI Rodríguez fue contundente: «estoy convencido, por eso encargaron un informe a medida que intenta desacreditar los puestos de trabajo».