Última jornada de regatas de la XXIII Copa del Rey de vela. A
primeras horas de la mañana el ambiente deportivo y social
comenzaba a percibirse en el Club Náutico de Palma. El más
madrugador fue el duque de Palma, Iñaki Urdangarín, que acompañado
de sus hijos no quiso perderse los preparativos previos a la
competición. Después llegaron los regatistas de la Familia Real.
Tanto el rey Juan Carlos como el Príncipe y la infanta Cristina
se dirigieron a sus respectivos puestos como patrones para ultimar
los preparativos de la competición. La anécdota del día se produjo
cuando el Rey, cansado por estas intensas jornadas, no pudo evitar
echar una cabezadita antes de comenzar la regata, mientras charlaba
con Josep Cusí, armador del «Bribón». Mientras, la reina Sofía,
doña Letizia e Iñaki Urdangarín, junto a sus hijos, se embarcaron
en el «Somni», desde donde siguieron la competición hasta la
primera boya.
Los hijos de los duques de Palma observaban la regata con mucha
atención desde la cubierta superior. Ambos, como auténticos
profesionales de la vela, llevaban gafas de sol y vestían de manera
similar, con bañador marfil y camiseta naranja. Por su parte, doña
Letizia, con su inconfundible gorra verde, charlaba amistosamente
con su cuñado y sobrinos mientras disfrutaban de la competición
sentados en la popa del barco. Mientras, la Reina, con su cámara de
fotos colgada al cuello, aprovechó para hablar con doña Letizia,
quien parece que le está cogiendo afición a esto de las regatas.
Quizás el próximo año se anime a participar.
Virginia Casado
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