Decenas de miles de sudaneses se han manifestado en Jartum,
capital de Sudán, contra una resolución de la ONU que avisa sobre
futuras sanciones si el Gobierno sudanés no desarma a las milicias
árabes Yanyaiud, utilizadas por el Ejecutivo como ayudantes para
intentar suprimir la rebelión de pueblos no árabes.
Las milicias han provocado ya 50.000 muertos y más de dos
millones de desplazados, convirtiendo a Sudán en el reflejo de la
mayor crisis humana de la historia, según palabras de Annan. Los
sudaneses de Darfur, al oeste de Sudán, están pasando un calvario
que no ha alcanzado la dimensión internacional que requiere. Irak
sigue siendo prioritaria para Estados Unidos y la Unión Europea y
su imagen ha provocado el efecto acción-reacción en los
sudaneses.
A pesar de que viven en una situación límite, decenas de miles
de ciudadanos salieron a la calle para protestar contra una posible
intervención extranjera en Darfur. Los sudaneses no quieren saber
nada de una presencia militar, que relacionan con la ocupación
estadounidense en Irak.
El Gobierno sudanés se ha comprometido a desarmar en los
próximos días a las milicias árabes, que han sido las causantes de
las atrocidades (violaciones, asesinatos...) que están sufriendo
los pueblos del oeste de Sudán en los últimos meses. Lástima que
haya sido necesaria una llamada de atención de la ONU para evitar
esas masacres y proteger a la población civil. De haber adoptado el
Gobierno esta decisión, se podrían haber evitado miles de muertes.
Lo que parece claro es que los sudaneses quieren solucionar sus
graves problemas sin necesidad de una intervención internacional,
que relacionan con una «conquista» más que con una ayuda.
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