La presidenta del Consell, Maria Antónia Munar, aseguró ayer que el
acuerdo alcanzado con el Govern para cazar cabras salvajes en
Mallorca puede convertirse en un reclamo turístico y sostuvo que la
medida servirá también para proteger la vegetación donde existe una
sobrepoblación de estas especies.
En una rueda de prensa conjunta con el conseller de Medi Ambient
del Govern, Jaume Font, y con el conseller de Medi Ambient del
Consell de Mallorca, Miquel Angel Borrás, Munar rechazó que «se
pueda frivolizar con la caza de cabras porque es una medida que
vale la pena». «Hay turistas con un alto poder adquisitivo que
vendrán a Mallorca para cazar cabras; será muy positivo para
intentar desestacionalizar el sector turístico de la isla»,
dijo.
La captura de las cabras no autóctonas deberá hacerse bajo la
autorización del propietario de cada finca. Los cazadores deberán
eliminar tanto a las crías como a las hembras reproductoras con el
fin de evitar la repoblación. El objetivo de esta campaña es
reducir las poblaciones excesivas de especies no autóctonas y
evitar los daños que provocan las cabras sobre la vegetación
forestal, las plantas endémicas, los cultivos y los jardines.
Ni Font ni Borrás supieron concretar cuántas cabras podrán ser
sacrificadas mediante este programa, pero reiteraron que esta
especie -la no autóctona- están concentradas, sobre todo, en los
campos de Andratx y Pollença.
La captura de las cabras se llevará a cabo con armas de fuego y
en terrenos que cuenten con la autorización del propietario. El
objetivo del programa es conseguir la implicación de los payeses a
través de una línea de ayudas a las fincas, que además podrán
vender la carne. Este proyecto conjunto supondrá también la
creación del certificado de Calidad de Caza Mayor.
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