La arena de las playas de la Isla se convirtió, cual
metamorfosis, en una blanca capa de nieve que ofreció una bella
imagen paisajística. De norte a sur y de este a oeste, las orillas
del mar se convirtieron en una simpática pista de esquí, donde los
más jóvenes se dedicaron a tirarse bolas de nieve en una
improvisada guerra invernal.
Algunos, los más atrevidos, se dieron un rápido baño en las
gélidas aguas mientras contemplaban la blancura sobre la arena. Fue
el caso de dos funcionarios que, cada día aprovechan su media hora
de merienda para darse un baño en Ca'n Pere Antoni. Pese al frío
polar que ayer azotaba la Isla y también la intensa nevada, estos
dos funcionarios no faltaron a su cita, dejando una imagen nada
típica.
Y es que durante el día de ayer, fueron muchas las personas que
se acercaron a las playas para poder apreciar una imagen poco
habitual en nuestra Isla. El típico paseo a la vera del mar que
muchos ciudadanos realizan cada día antes de enfrentarse a su
jornada laboral se convirtió ayer en un recorrido novedoso y lleno
de vida, provocado por uno de los fenómenos más bellos de la
naturaleza.
Los residentes en Palma optaron por acercarse hasta la playa de
Ca'n Pere Antoni o S'Arenal. Los de la Part Forana hicieron lo
propio en Cala Mandia, la playa de Porto Cristo y Cala Ànguila,
entre otras.
La costa de Mallorca dejo ayer su imagen más habitual y pasó a
ser una improvisada pista de esquí o una congelada pista de juegos,
donde tanto mayores como pequeños disfrutaron de lo lindo.
S. Coquillat
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