La primera jornada del paro de grúas convocado por la Asociación
Balear de Empresas de Auxilio en Carretera (Abeac), y la Asociación
Empresarial de Automoción y Náutica de Balears (ASEMA) transcurrió
ayer con un seguimiento cercano al 100 por cien y con un único
suceso grave en la red viaria de la Isla. Según declaraciones del
presidente de Abeac, Manuel Fernández, a Efe, 469 vehículos se
vieron afectados. Los mayores incidentes se produjeron entre los
piquetes y uno de los tres empresarios que optaron por trabajar, un
conflicto que degeneró en una agresión y en la intervención de la
Policía Local de Inca.
Las empresas de grúas sacaron a primera hora los vehículos de
sus bases y se desplazaron de forma individual hacia Vilafranca.
Algunos de los empresarios procedentes de Palma se pararon en Inca
para informar a una empresa que se mantuvo operativa sobre la
convocatoria de la concentración ante el restaurante Es Cruce, acto
al que se desplazaron unos setenta vehículos.
Tras la comida, un grupo de unas treinta grúas se desplazó de
nuevo a Inca para solicitar a esa misma empresa que respetara la
decisión de la mayoría del sector y que cerrara sus puertas. Los
huelguistas aparcaron sus vehículos ante la cochera de la empresa
para evitar la salida de sus grúas, ante lo que el empresario llamó
a la Policía Local, que no pudo evitar que el dueño de la empresa
perdiera los nervios y pegara un puñetazo a uno de los chóferes,
según afirma Abeac.
Las policías locales de Inca y Manacor no habían retirado ningún
coche hasta ayer por la tarde, aunque la Policía Local de Palma sí
tuvo que retirar de la carretera de Sóller un camión al que se le
rompió el embrague.
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