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Quizá no fuese la que contó con mayor participación, pero la 29 edición del Carnaval de la Platja de Palma tuvo un nivel muy alto en cuanto a la calidad de sus concursantes. Disfraces en su mayoría caseros con derroche de imaginación y colorido, alegría y diversión entre quienes, a pesar del frío a medida que avanzaba la tarde, mostraron durante todo el carrusel. Desde Son Verí y hasta la plaza de Las Maravillas, por la primera línea de la playa, carrozas, comparsas, caballos y gente disfrazada ofrecieron un imaginativo desfile de Carnaval. Gente que paseaba, vecinos de la zona y mucho extranjero hicieron un alto en su camino y contemplaron el espectáculo musical del Carnaval. Algunos de los disfraces, comparsas, carrozas o participantes arrancaron el aplauso de los presentes. Hubo quienes apesar del frío abrigaron bien a los más pequeños y decidieron llegar hasta el final, donde esperaba el jurado para deliberar. El grupo de coches y motos época fueron los primeros en desfilar ante el jurado, que este año estuvo compuesto por miembros de los distintos medios de comunicación de Balears, y presentado por la inigualable y activa Madò Pereta. La banda municipal s'Arenal de Llucmajor se presentó, este año, con sus músicos disfrazados. «Planetarium Can Verdera Nou» fue otro de los grupos destacados, junto a «Horteras Park» o los «hippies». Originalidad y mucho colorido. Entre la mayoría de los participantes se podía apreciar el trabajo manual de sus disfraces, algunos casi profesionales y laboriosos como el de un particular «Molinillo de café». Los participantes más pequeños fueron quienes arrancaron las sonrisas y las imágenes más simpáticas del Carnaval de la Platja de Palma, organizado por la asociación de hoteleros de la zona. Los temas fueron variados y no hubo disfraces polémicos o de políticos, tampoco de conflictos bélicos. Hubo mucho de medio ambiente y de cosas alegres. En definitiva, que por unas horas se olvidó el mal rollo y se miró lo bueno de este mundo.

Julián Aguirre
Fotos: J. Pérez