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Lejos quedaron ya los años en que el Carnaval era vehículo de reivindicaciones. La Rua de Inca estuvo ayer vacía de comparsas combativas. Drag queen, zulúes, hadas, indios y discotequeros nostálgicos de los 80 fueron algunos de los referentes de las principales comparsas, que rondaban la veintena.

Música y color llenaron a partir de las seis de la tarde las principales calles de la localidad amenizados por las mejores músicas procedentes de todo el mundo y es que la multiculturalidad de la capital de es Raiguer se deja ver también en estas fiestas carnavalescas y no faltan referentes brasileños o de nativos de Sudamérica, un toque exótico que reúne además a los cuerpos más atrevidos que sin temer al frío muestran sus encantos con las mínimas prendas posibles.

A partir de las cinco de la tarde la plaza del Bestiar se pobló de disfraces y los vecinos que no participaban en el desfile se fueron apilando a ambos lados del recorrido para no perderse nada de la rua de Inca que poco tiene que envidiar a otras de la comarca.

Texto y fotos: E.B.