Si la jornada inaugural del viaje oficial de los príncipes de
Asturias a Balears tuvo un marcado acento institucional y se
fundamentó en la visita del Heredero de la Corona y su esposa a los
centros del poder político -Consolat de Mar, Consell de Mallorca y
Ajuntament de Palma-, la segunda jornada se centró, básicamente, en
el acercamiento de don Felipe y doña Letizia al mundo de los
jóvenes, que representan el futuro de la Comunitat Autònoma.
Después de la visita al Parlament, estudiantes, profesores,
empresarios, trabajadores, deportistas y artistas compusieron,
entre otros, el crisol de jóvenes y no tan jóvenes que ayer
tuvieron la oportunidad de compartir unas horas con los Príncipes,
que conocieron de primera mano sus ilusiones, inquietudes y
problemas. Y hasta su rechazo, como ocurrió en la Universitat.
Fue también la jornada de la descentralización, cuando la pareja
abandonó Palma para recorrer algunos puntos del interior de la
Isla, donde se impone la actividad agrícola e industrial, con sus
peculiaridades. También se acercaron a la costa norte -Formentor-,
que conserva aún esa estampa ancestral de belleza serena que tanto
elogió el lunes don Felipe en su reunión con empresarios del sector
turístico. Y ahí, precisamente, fue donde el Príncipe quiso dar un
toque de atención a los responsables del desarrollo urbanístico y
turístico de Mallorca, animando a empresarios y a políticos a
luchar por conservar ese entorno medioambiental privilegiado que
tenemos y que sustenta el atractivo de nuestra Isla a ojos de sus
millones de visitantes.
El viaje, que hoy prosigue por tierras menorquinas, se ha
convertido además en un magnífico instrumento de promoción en el
exterior, pues la noticia del embarazo de doña Letizia ha
propiciado una explosión informativa y de imágenes en todos los
medios de comunicación.
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