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La discoteca Menta de Alcúdia celebró este sábado la fiesta romana. Y con ella volvieron las túnicas blancas, las togas, las coronas de laureles y los racimos de uva. La discoteca se engalanó para recibir nada menos que a César, quien iba decidiendo la suerte de sus súbditos inclinando el dedo hacia arriba y hacia abajo. Una bella Cleopatra le acompañaba en una tumbona bajo palio y con ellos Marco Antonio completaba el triángulo amoroso. Un séquito romano portaba a los emperadores hasta el centro de la pista, donde fueron recibidos por el público.

Tras ellos volvió a sonar la música electrónica del siglo XXI y la pista rápidamente se inundó de personas, muchas de las cuales venían vestidas para la ocasión histórica, que bailaban al ritmo sin parar.

Había que divertir al César y al resto del público, y de eso se encargó un grupo de artistas senegaleses que le dieron un nuevo ritmo a la velada con bailes exóticos, espectáculos de fuego y el sonido de sus djembes, que hacía mover a los espectadores. Tuvieron suerte, Julio César los salvó de los leones.

Todo bajo la atenta mirada del César, que entre uvas y manzanas comidas a medias con Cleopatra, probaba cómo el champán es tan baquiano como el vino y daba muestras de que ehouse encaja muy bien con el mundo romano.

Con la noche adelantada, se preparó una parrilla donde se asaba una gran pieza de carne que después era servida en bandeja por las romanas.

Resopón y música en una de las fiestas más importantes del verano alcudienc.