El Ajuntament celebró ayer un pleno extraordinario, que previamente
había sido solicitado por la oposición, para debatir sobre la
reciente remodelación parcial del equipo de gobierno realizada por
la alcaldesa, la popular Catalina Cirer, tras las dimisiones de
Maite Jiménez y de Rosa Arregui.
Los portavoces de la oposición, Antoni Roig por el PSOE,
Eberhard Grosske por EU-EV y Pere Muñoz por el PSM, reiteraron ayer
en sus intervenciones que la renuncia de las dos ediles, y en
especial la de Jiménez, habría sido provocada por una situación de
«crisis» que, en su opinión, estaría viviendo el PP en Cort por
culpa del «enfrentamiento» que habría entre Cirer y el secretario
general del PP en Balears, José María Rodríguez, que estaría
repercutiendo «negativamente» en la gestión y la resolución de los
problemas de Palma. Asimismo, criticaron que la alcaldesa sólo
hubiera informado de los cambios en el equipo de gobierno a los
medios de comunicación y no a la oposición.
Los tres portavoces también coincidieron en señalar que Cirer no
tendría «capacidad» para gobernar el Ajuntament.
Cirer, por su parte, elogió en primer lugar la labor llevada a
cabo por Jiménez y por Arregui, y a continuación negó que hubiera
habido una crisis en Cort, aunque sí reconoció que la dimisión de
ambas, «que no compartía», supuso un «problema». También reiteró
que la renuncia de ambas se había producido por motivos personales.
«Los servicios han seguido funcionando, con o sin remodelación, y
esto es lo que de verdad importa a los ciudadanos», destacó.
En el turno de réplica, Roig pidió que «esta crisis sea la
última», mientras que Grosske y Muñoz acusaron a Cirer de «mentir»
sobre las causas reales de la marcha de Jiménez, acusación que
rechazó.
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