Ya sabemos que las estadísticas se publican hoy y se olvidan
mañana, pero aquí tenemos una cifra que no habla de números, de
porcentajes, de gráficos. Habla de personas, de seres humanos que
jamás tendrán una oportunidad. 45 millones de niños morirán en la
próxima década si las cosas siguen como hasta ahora, es decir, con
continentes enteros abandonados a su mala suerte, a sus nefastos
gobernantes y a los resultados de unas políticas internacionales y
comerciales criminales.
Es la conclusión a la que ha llegado la Alianza Española contra
la Pobreza, que aglutina a toda clase de colectivos implicados en
la erradicación de esta lacra secular que condena a la miseria y a
la muerte a la mitad de la población mundial.
Llevamos más de treinta años escuchando lo mismo. Todos creíamos
que el siglo XXI nos sorprendería en una especie de edén en el que
la tecnología, el progreso y la democracia alcanzarían a todos.
Nada más lejos. Cada vez es más grande y más profundo el abismo que
separa al rico y pequeño primer mundo del inmenso y miserable
tercer mundo. Pero la vida se abre paso, siempre, porque cumple
estrictamente la ley más fuerte de la naturaleza, la de la
supervivencia. Por eso día a día veremos cómo crece el fenómeno de
la inmigración incontrolada, porque millones de seres humanos no
pueden conformarse con ver morir a su gente sin intentar salir
adelante. Las consecuencias serán gravísimas y probablemente ya sea
tarde para lamentarse. Sólo promoviendo la dignidad, la igualdad,
la libertad y el progreso en todos los rincones del mundo podremos
atajar la raíz de un problema tan vergonzoso que parece impensable
que pueda seguir en primera línea de actualidad en pleno siglo
XXI.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.