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La Policía Local de Calvià celebró ayer con motivo de su Diada una jornada destinada a los hijos de los miembros del colectivo. Durante toda la mañana, el Poligono de Son Bugadelles se convirtió en un ir y venir de jóvenes de hasta doce años, que disfrutaron con los monitores, voluntarios y policías que participaron en la jornada.

El salón de actos se convirtió en una especie de casa mágica en la que los jóvenes, pincel en mano, se dedicaron a pintar y dibujar siguiendo las instrucciones de los profesores. Sin embargo, el párking de tráfico fue la actividad que más participantes consiguió. Allí, los padres explicaron a sus hijos cómo funciona la vía pública. Alguno se atrevió incluso a subirse a una moto de la Policía, exhibiendo una gran sonrisa. El buen tiempo acompañó a los asistentes, que tuvieron que abrigarse del frío, pero no de la lluvia.

Castillos inflables, coches oficiales y karts completaron la oferta. Una oferta que pudieron disfrutar los más de 300 chicos y chicas que acudieron a Son Bugadelles. Bartolomé Bonafé, el concejal responsable de la Policía Local del Ajuntament de Calvià, tampoco quiso perderse la jornada y se trasladó hasta el polígono de Santa Ponça.

Michels