Un año más, la compañía aérea Spanair celebró ayer la
tradicional fiesta de Santa Lucía en el patio central del edificio
principal en el aeropuerto. Los protagonistas fueron los niños del
colegio sueco de Santa Lucía de Palma, que interpretaron un gran
repertorio de villancicos tradicionales suecos y también
mallorquines. Tras esta actuación, los asistentes, en su mayoría
empleados de la compañía, disfrutaron del exquisito glögg, un vino
caliente típico de este país escandinavo, y las tradicionales
galletas suecas pepparkakor.
Tanto los niños como los trabajadores recordaron la historia de
Santa Lucia. Dice la leyenda pagana que se trataba de la noche más
larga del año y la más oscura. Era una noche de terror en la que
rondaban los malos espíritus, por lo que habí que cerrar puertas y
ventanas para que el «Lusse viejo», uno de los espíritus malignos,
no entrará. Los recién nacidos debían de ser bautizados antes de
esa noche para que no se los llevara el demonio. La noche de Lusse
era tan larga que había que comer a medianoche, por eso lo de la
merienda. Pero, no todo es pagano en esta historia, ya que esta
noche es también la fiesta de Santa Lucía, joven mártir que nació
en Siracussa en el año 300. La leyenda dice que era tan buena que
cuando se casó repartió su dote entre los más pobres de la ciudad.
Su prometido, enfurecido, la acusó de ser cristiana, por lo que fue
encarcelada, juzgada, torturada y ejecutada. Su salvación habría
sido posible si hubiera afirmado que adoraba al emperador pero, en
cambio, ella fue valiente y gritó: «No concozco a ningún otro Señor
que al creador del Universo». Ese día fue el de su martirio. Y por
ello, cada 13 de diciembre se celebra esta festividad. Hoy, a
partir de las 20.00 horas, los niños del colegio sueco repetirán la
procesión en Cort.
S. Coquillat
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