TW
0

Para algunos musulmanes, el Ramadán termina mañana, para otros, pasado. Depende de si lo hacen con los de Arabia Saudí o con los de Marruecos. Este último caso es el de Abu Bakr, un mallorquín, nacido Antonio Torralba Àlvarez, que en el 92 abrazó el Islam.

A causa de ciertas dependencias "alcohol, tabaco, juego y mujeres" se fue a vivir a Sevilla, donde, de forma casual, contactó con la comunidad islámica, que desde el primer momento le trató muy bien. En la Nochevieja del 92, fue invitado a cenar a casa de unos musulmanes. «Cuando sonaban las campanas de la medianoche, y mientras muchos abrían el champán, yo levantaba el dedo profesando la fe islámica. A partir de ahí dejé de ser Antonio para ser Abu Bakr. Me casé con una marroquí, Rahama, cuyo abuelo fue español, con quien he tenido cuatro hijos, Muhamad, Abd Hakin, Abd Rahman y Abd Rahib, éstos dos gemelos».

Para Abu Bakr y los suyos el Ramadán significa recogimiento «y obedecer uno de los cinco pilares de nuestra creencia: shajada, u oración; zakat, o entrega del 2'5 % de tu capital que no empleas para distribuirlo entre siete categorías de pobres, las cuales vienen descritas en el Corán; el saum, o ayuno por Ramadán; y el hayy, o peregrinación a la Meca, donde he estado hace tres años gracias al Señor y a la ayuda económica que tuve desde Arabia Saudí. ¿Cómo es la Meca? Impresionante. Estás entre tres millones de peregrinos, todos cubiertos con dos trozos de tela, y te sientes como un punto».

Ni agua
Dice que el ayuno del Ramadán abarca desde la salida del sol hasta su ocaso. «Durante ese tiempo, ni agua podemos probar. Pero a la puesta de sol, todo vuelve a la normalidad». Cuenta que entre lo que se come a partir de esa hora está la harira, o sopa típica de Marruecos, o también la sopa de fideos con calabacín. También están las xupaquias o golosinas, el briwat, o triángulitos de hojaldre rellenos con espinacas, carne picada o huevo duro. Y, por supuesto, el cordero y el pescado suelen estar entre los paltos de la cena.

Abu Bakr extiende dos alfombrillas sobre el suelo de su salón de su casa. «Miran hacia la Meca, que está en dirección NE». A continuación invita a rezar a sus dos hijos mayores, «rezamos cinco veces al día: el rezo de la mañana, o subh; a mediodía, o duhar; a media tarde, o asar, después de ruptura del ayuno, o magrib, e isha, antes de medianoche. Los rezos "apostilla" deben de ir acompañadas de limpieza. Nos lavamos los ojos, la boca, las orejas, las manos, la nariz, los pies, entre los dedos, ademas de llevar la ropa, tanto interior como exterior, limpia».

No sabe dónde celebrarán el fin del Ramadán. Los de Arabia Saudí seguramente lo harán en algún polideportivo. Nosotros, probablemente, en el campo como el año pasado.

Pedro Prieto
Fotos: Pere Bota/P.P.