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El obispo de Tarrassa, José Àngel Sáiz Meneses, y el obispo español emérito de Corocoro (Bolivia) López de Lama, presidieron ayer el entierro y la misa corpore insepulto de monseñor Sebastià Gayà Riera, tercer dignatario dentro de la jerarquía de la Seu de Palma, prelado de honor de su Santidad e iniciador de los Cursillos de Cristiandad, que falleció esta semana en Palma.

Presidida por los dos obispos y acompañada por otros 16 sacerdotes, una procesión integrada por las más de 300 personas que asistieron a la ceremonia acompañó el ataúd de Sebastià Gayà desde la capilla del santuario hasta el cementerio, ubicado trescientos metros montaña arriba, y fue depositado ante la capilla del camposanto, donde se celebró la misa.

Obispos, sacerdotes, la numerosa familia del difunto (tenía 14 sobrinos), 138 cursillistas de cristiandad que viajaron de Madrid en un avión fletado especialmente, además de amigos de Mallorca, siguieron con emoción la misa, presidida por los dos obispos y concelebrada por el vicario Lucas Riera y el resto de sacerdotes.

Al finalizar la misa los sobrinos de Sebastià Gayà cantaron «Un brotet de romaní», una poesía de Costa i Llobera que su tío les enseñó y que evoca la vida de un emigrante "el propio Sebastià Gayá emigró a Argentina de niño y en 1956 volvió a emigrar, esta vez a Madrid. Tras la misa, todos los asistentes pasaron delante del ataúd y depositaron una ramita de «romaní», mientras se escuchaban los acordes con guitarra de canciones como «De colores», símbolo de los cursillistas de cristiandad.