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Las elecciones autonómicas y municipales de mayo supusieron un vuelco político sin precedentes en la Historia de Balears y cambiaron por completo la dirección de las instituciones. El gran cambio , a pesar de la importancia del relevo en la presidencia del Govern y la sustitución de Matas por Antich, fue el de la Alcaldía de Palma. Tras 16 años de gobierno ininterrumpido del PP, Aina Calvo se hizo con la vara de mando. También hubo un relevo sonado en el Consell de Mallorca donde la socialista Francina Armengol sustituyó a Maria Antonia Munar. La izquierda gobierna (casi) por todo.

Eran las siete menos diez de la tarde (el reloj no engaña) cuando se aprobó, prácticamente por unanimidad, la reforma del Estatut d´Autonomía de las Islas Balears. Aprobado por el Congreso en febrero, fue ratificado por el Senado y entró en vigor el 1 de marzo coincidiendo con el Dia de les Illes Balears. El nuevo Estatut da más competencias a las Islas y crea el Consell de Formentera, diferente al de Eivissa.

Dos tormentas de verano -una en agosto y otra en septiembre- dejaron en evidencia las obras del metro de Palma, inauguradas en abril por el Govern presidido por Jaume Matas. El servicio, que había sido gratuito, tuvo que interrumpirse en septiembre ya que el nuevo Ejecutivo alegó que existían graves problemas que ponían en riesgo la seguridad de los usuarios. En algunas estaciones de metro, el nivel del agua superó los dos metros. Una auditoría reveló cambios en el proyecto que provocaron las inundaciones en algunas estaciones. El servicio no se recuperará hasta abril.

Después de meses de polémica y tensión el president Antich apostó por continuar con la construcción del hospital de referencia de las Islas en la finca de Son Espases, cuyas obras habían sido iniciadas en la pasada legislatura. Antich, afirmando que le dolía el corazón por la decisión que tenía que tomar, optó por una decisión que no fue del gusto de todo el Govern ya que desde el Bloc se oyeron voces discrepantes.