El presidente del Gobierno, y candidato del PSOE a la reelección, José Luis Rodríguez Zapatero, vino a Palma con el mensaje que los socialistas de las Islas querían escuchar: que Solbes, que seguirá encargándose de la economía si Zapatero es presidente, «ya tiene previsto» aprobar una reforma en el sistema de financiación que beneficiará especialmente a una comunidad que «como Balears ha sido maltratada».
Casi terminaba el mitin central del partido que se celebró en el velódromo Palma Arena (el recinto se llenó, asistieron más de 8.000 personas) cuando Zapatero hizo ese anuncio. Pero no sólo ese. Hubo otros dos que interesan especialmente a los socialistas de Balears: que se firmará el convenio para el transporte público (se refería al del tren) y para la reforma de la Platja de Palma.
Zapatero contentó a los dirigentes locales del partido pero también a su electorado más comprometido, al que le gusta que se refiera a cuestiones sociales y a las reformas que ha realizado en estos años. Hubo constantes guiños a la inmigración y a la necesidad de tratar a todos por igual. Así, dijo en un momento, y llenó de emoción al auditorio (con amplísima presencia de emigrantes) que «siento que haya políticos españoles que se quejen de que una ecuatoriana se pueda hacer una mamografía en el sistema sanitario público español». Recordó que España fue un país de emigración y lamentó que se hubiera olvidado tan pronto.
El debate del día anterior apenas ocupó a Zapatero. Hubo una única mención pero indirecta. Así, el jefe del Ejecutivo se refirió a la «niña» que ocupó la intervención final del líder del PP. Dijo que quizá gracias al Gobierno del PSOE esa niña tendría una Ley de Igualdad.
El público estaba totalmente entregado y las referencias a Balears, aunque hubo que esperar al final llegaron. También felicitó expresamente a la alcaldesa Calvo. Lo hace siempre que tiene ocasión.
Lengua e integración
Por ejemplo, cuando aludía a la necesidad de construir una sociedad mejor y de progreso, destacaba que como la de Balears, a la que puso como ejemplo de integración.
En relación a la cuestión lingüística denunció «el intento permanente de la derecha de utilizar la lengua para dividir y para crispar, cuando lo que quiere la inmensa mayoría de los españoles es que se respete la opción lingüística».
«Este país es fuerte porque es diverso, está más unido cuando se reconoce su pluralidad», prosiguió Zapatero.
«Yo no empujaré nunca a andaluces contra catalanes, a valencianos contra aragoneses, ni a ciudadanos que hablan castellano con los que hablan otras lenguas que también son del Estado. Rajoy sí lo ha hecho y lo hará», remachó.
Además, dijo que estos cuatro años su Gobierno ha trabajado por una economía más fuerte frente a «aquellos que quieren meter miedo y sembrar catástrofes» y acusó a los 'populares' de anunciar catástrofes porque no tienen ideas ni proyectos.
«Están agotados y secos de ideas. Mejor dicho, solo tienen una idea, una, que es intentar recuperar el poder. Pero cuando sólo se tiene eso en democracia los ciudadanos no te dan el poder y así será el próximo 9 de marzo», agregó.
«Este país necesita tiempo de talante», añadió, y «políticos que no insulten a nadie», por lo que pidió el voto al PSOE el 9 de marzo «para que haya una nueva derecha».
Zapatero afirmó tener «más ambición, más ganas y más proyecto» para los próximos años y recurrió a la figura de Felipe González que, recordó, fue denigrado por el PP en el pasado y ahora es un referente mundial.
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