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Al final, en el congreso regional del Partido Popular se enfrentarán dos candidaturas, las encabezadas por Rosa Estaràs y Carlos Delgado -en el caso de que obtenga el número necesario de avales- que representan formas muy diferentes de cuál debe ser la estrategia a seguir por parte de la principal formación política de Balears en número de votos y que ha sido desalojada de las principales instituciones.

El anuncio de Delgado es la culminación de un proceso presidido por la arrogancia, exigiendo de Estaràs la aceptación de unos principios políticos basados en la más pura ignorancia -la promoción de una supuesta lengua balear- y que dificultarían cualquier intento de recuperar el gobierno de las instituciones, al negar la posibilidad de alcanzar acuerdos con Unió Mallorquina. El alcalde de Calvià encarna el más rancio de los españolismos, totalmente alejado del sentir mayoritario de los militantes y votantes del PP balear. Los conservadores de estas islas han tenido siempre a gala representar posiciones moderadas y liberales, que nada tienen que ver con el radicalismo de los neoliberales que pretenden dar leccioenas de balearidad a quienes desde hace años han optado por un centrismo en cierto modo también regionalista. El abandono de estos principios durante la pasada legislatura explica la derrota que cosechó el PP en las pasadas elecciones.

Lejos de debilitarla, la candidatura de Delgado refuerza la de Rosa Estaràs, en línea con la nueva dirección estatal del PP y con la pretensión de recuperar el espacio perdido.

Rosa Estaràs tiene ahora la oportunidad de medir sus fuerzas con Delgado, para que queden claras las posturas de ambos y los respectivos apoyos. Si Estaràs presenta un ilusionante propuesta de renovación sin abdicar de los principios que siempre han caracterizado al PP balear, tendrá el respaldo mayoritario de la militancia de su partido.