Aromas, sabores, colores y sensaciones inundaron ayer por la tarde la Sala Aljub del Museu Es Baluard con motivo de la presentación de los vinos que se comercializan con el sello del Consejo Regulador de la Denominación de Origen (CRDO) Binissalem.
Los caldos de las bodegas J.L. Ferrer (Binissalem), Celler Jaume de Puntiró (Sta. Maria del Camí), Vins Nadal (Binissalem), Celler Macià Batle (Sta. Maria del Camí), Vinyes y Vins Ca Sa Padrina (Sencelles), Celler Can Ramis (Sencelles), Vinya Taujana (Sta. Eugènia), Ramanyà (Sta. Maria del Camí), Celler Sebastià Pastor (Sta. Maria del Camí), Celler Biniagual (Binissalem) y Celler Tianna Negre (Binissalem), salieron de la oscuridad de las naves de crianza para ver la luz en un acto auspiciado por la Conselleria d'Agricultura i Pesca del Govern balear.
El presidente del Consejo, Pere Calafat, aludió en un breve parlamento a la «buena salud» del sector, aunque reconoció que si a nivel de exportación las cifras son buenas, «en el mercado español todavía no somos conocidos». En este sentido, apuntó la necesidad de conseguir una mayor presencia en el mercado interior.
La consellera d'Agricultura i Pesca, Mercè Amer, reconoció el esfuerzo realizado por los viticultores acogidos a la Denominación de Origen Binissalem, en cuanto a la «elaboración de un producto de calidad y de una diferenciación clara» con respecto a otras denominaciones.
Amer aludió al papel del vino en el sector agrícola balear como «un referente». La consellera aseguró que desde la Administración se hará una apuesta clara por la promoción.
A. Jiménez
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