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PATRICIO CANDIA

El área de Urbanismo del Ajuntament d'Andratx en la época de Eugenio Hidalgo y Jaume Massot era el paradigma del caos y la confusión, según el relato de la mayoría de testigos que ayer prestaron declaración ante los magistrados de la Sección Segunda de la Audiencia de Palma en la segunda jornada del primer juicio del 'caso Andratx'.

Documentos 'desaparecidos' como por arte de magia, funcionarias que se nombran instructoras de expedientes de sanciones urbanísticas a sí mismas, irregularidades de todo tipo en el archivo de papeles clave, un director general de Ordenació del Territori (Jaume Massot) dando instrucciones sobre urbanismo y cuestiones jurídicas de Andratx por teléfono, desde Palma, y un alcalde (Eugenio Hidalgo) instando la apertura de expedientes a sus rivales políticos y a «cuatro guiris más, para que no se note», según le espetó a una de sus empleadas.

Descalificaciones entre los propios funcionarios, desconfianza mutua entre ellos, según quedó de manifiesto en la reproducción sonora de los 'pinchazos' a los teléfonos móviles intervenidos por la Guardia Civil. «Nacho (Mir) y Jacobo (Rodríguez Miranda), letrados del Ajuntament, no son trigo limpio», le dijo Cinta Moyá a Ana Abarca en una de esas conversaciones.

Son algunas de la flagrantes irregularidades que ayer se escucharon en la Sala, con testigos que, en su gran mayoría, apuntaron a Hidalgo y Massot como auténticos cerebros de la supuesta trama de corrupción urbanística.

La Fiscalía Anticorrupción, representada por Juan Carrau y Pedro Horrach, solicita entre dos y 15 años de cárcel, para Hidalgo, Massot, el ex celador municipal Jaume Gibert y el ex letrado del Ajuntament, Ignasi Mir, a los que acusa de la comisión de los delitos por falsedad en documento oficial, prevaricación urbanística y contra la ordenación del territorio.

La primera de las setenta piezas separadas en las que el juzgado de Instrucción ha dividido el 'caso Andratx' enjuicia la casa supuestamente ilegal que edificó Hidalgo sobre una caseta de aperos situada en un Àrea Rústica de Interés Paisajístico (ARIP) en Andratx.

En sesiones de mañana y tarde, el tribunal dirigió el interrogatorio a los testigos, tarea en la que llevaron la voz cantante el fiscal Carrau y la abogada de una de las acusaciones particulares, ejercida por el Ajuntament d'Andratx, Isabel Fluxá.

Las defensas fueron ejercidas por Rafael y Salvador Perera (por Eugenio Hidalgo), José Zaforteza (Ignaci Mir), Miquel Capellà (Juame Massot) y Juan Luis Matas (Jaume Gibert). La segunda acusación particular la ejerce el policía Juan Enseñat, representada por el abogado Miguel Borrás.

En el turno de declaraciones, destacó la de Ana María Abarca, secretaria del Ajuntament d'Andratx, quien reconoció que «es práctica habitual» del consistorio de dicho municipio «que desaparezcan expedientes y vuelvan a aparecer».

La secretaria detalló varias irregularidades, como desaparición de documentos y cambios en la instrucción, en la tramitación del expediente de disciplina urbanística hacia el ex alcalde Eugenio Hidalgo.

Abarca ha aportado una fotocopia del acta de inspección ocular del ex celador Jaume Gibert -también juzgado en la causa-, que había desaparecido del expediente sobre Hidalgo y que se ha incorporado a la causa.

La funcionaria ha admitido que cometió una irregularidad al «meter» el decreto de su nombramiento en el expediente que había pedido el juzgado de Instrucción, para que constara. «Está mal, es una falta, pero lo he sabido luego, es un error», declaró ante los magistrados de la Sección Segunda.