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Había expectación por la visita del embajador de Israel en España, Raphael Schutz, más aún cuando el pasado 14 de junio Israel cumplió 60 años de existencia y la amenaza iraní está más latente que nunca. Invitado por el Instituto de Relaciones Culturales Balears-Israel, que ha cumplido ya 20 años, Schutz no defraudó con sus declaraciones, dejando claro desde el primer momento que «el sionismo está bien, porque los judíos tenemos nuestro propio Estado, pero no hemos asegurado nuestra existencia en Oriente Próximo, de ahí que necesitamos el Ejército como un mal necesario, pero sin el cual no hubiéramos existido cinco minutos».

En este marco de supervivencia como pueblo y Estado judío, el embajador lanzó de inmediato las miradas hacia Irán, «que es una amenaza mundial, en donde el fanatismo fundamentalista y las aspiraciones nucleares ponen en serio peligro la supervivencia de Israel».

Es por ello, que pidió ayer a la comunidad internacional, y en especial a Europa, «que combata con acciones más serias la amenaza iraní».
Entre estas medidas de presión internacional, pidió la retirada de los embajadores en Teherán y la prohibición de los contactos bancarios, así como que «se minimice el comercio con Israel y se eliminen los contactos económicos y bancarios, y que se prohíba el aterrizaje de la línea aérea iraní en los aeropuertos europeos, además de las visitas de sus dirigentes».

Puntualizó que «la comunidad internacional debería tomar una iniciativa más rigurosa que la de ahora. Hay un proceso de sanciones a través del Consejo de Seguridad de la ONU, pero este esfuerzo de sanciones económicas y diplomáticas debería ser mucho más serio de lo que está siendo, porque Irán es una «amenaza mundial, que también provoca mucho temor y preocupación en algunos países árabes».