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El teniente de alcalde de Benestar Social i Participació, Eberhard Grosske, del Bloc, dio a conocer ayer que su departamento está trabajando en la futura puesta en marcha de un programa «para personas que necesiten una ocupación de inserción y que se hallen es riesgo de exclusión social», entre las que se encontrarían personas que trabajan ahora como guardacoches.

Grosske indicó que el programa de formación para conseguir dicha inserción laboral sería financiado por el Servei d'Ocupació de les Illes Balears (SOIB), mientras que Cort facilitaría monitores que supervisarían el proceso de integración sociolaboral.

El edil añadió que esta iniciativa se pondría en marcha en los próximos meses, si bien prefirió no dar una fecha concreta de inicio. Preguntado sobre el número de personas que en la actualidad trabajan como guardacoches en Palma, dijo que serían en torno a las cien, si bien reconoció que no todas podrían acogerse al citado programa de inserción, «ya que hay algunas de estas personas que tienen problemas de toxicomanías u otros».

Grosske señaló que el objetivo del programa será que las personas que se acojan al mismo «encuentren luego un trabajo regularizado». En este sentido, criticó iniciativas anteriores de inserción, «porque sólo ofrecían trabajos como, por ejemplo, limpieza de zonas verdes».

Cabe recordar que en el pasado mandato, que presidió la popular Catalina Cirer, tres áreas municipales llevaron a cabo una actuación conjunta desde 2005 a 2007 para ofrecer alternativas laborales y ayudas sociales a las personas que entonces trabajaban como guardacoches, para favorecer su inserción sociolaboral.

En concreto, fueron las concejalías de Seguretat Ciutadana, que dirigía el regidor Àlvaro Gijón, la de Serveis Socials, que dirigía la regidora Margalida Ferrando, y la de Treball, que dirigía el edil Sebastià Sansó.

Por una parte, la Policia Local actuaba contra los guardacoches que actuaban de manera coercitiva, mientras que desde Serveis Socials se atendía a las personas que necesitaban asistencia social, y desde el Institut Municipal de Formació, Ocupació i Foment (IMFOF) se consiguió un empleo para los cuatro guardacoches que se inscribieron para lograr una ocupación.

Estas actuaciones fueron criticadas en 2006 por Grosske, que entonces era el portavoz de EU-EV, por «insuficientes».