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Aunque era una noticia que se esperaba, el anuncio de la presentación voluntaria ante el Juzgado de lo Mercantil de un concurso voluntario de acreedores (la anterior suspensión de pagos) por parte del Grupo Drac "una de la promotoras inmobiliarias más importantes de Balears" ha causado la lógica conmoción en los ámbitos económicos y financieros por las consecuencias que puede acabar teniendo a corto y medio plazo en el sector vinculado a la construcción.

La propia nota del Grupo Drac admite que la decisión está vinculada a la crisis que atraviesa el mercado inmobiliario, eje central del holding empresarial que preside Vicenç Grande. Ahora sólo cabe desear que los administradores judiciales que deberán intervenir sean capaces de minimizar las consecuencias sociales "son muchos los puestos de trabajo que pueden quedar afectados" y económicas, las empresas afectadas por el concurso de acreedores del Grupo Drac "con excepción del Real Club Deportivo Mallorca" serán muchas y algunas con unos saldos muy elevados. Hay que evitar a toda costa un peligroso efecto dominó sobre los acreedores del Grupo Drac, el sentido común debe presidir la gestión de la suspensión de pagos presentada.

Al margen de los efectos económicos, el batacazo financiero del Grupo Drac también es una invitación a la reflexión sobre el modelo de crecimiento experimentado de la última década, en especial el que ha estado vinculado a la promoción inmobiliaria y en el que se ha participado desde la inexperiencia y buscando un rendimiento inmediato, aunque, también es justo reconocerlo, Vicenç Grande es un empresario que ha aplicado un modelo atípico en sus negocios "de actividad diversificada", preocupado, también, por la promoción cultural y de clubes deportivos de todos los niveles.