TW
0
M. JUNCOSA/P. CANDIA La deuda con bancos y cajas de ahorros de las empresas del Grup Drac, propiedad de Vicenç Grande, ascenderían a unos 445 millones de euros con fecha de finales de marzo de este año, un cantidad a la que habría que añadir otros 200 millones en pagarés o pagos aplazados a propietarios de fincas, empresas constructoras y al resto de proveedores de sus diferentes negocios, según estiman fuentes del mercado financiero.

Las mismas fuentes recuerdan que el promotor realizaba todas sus compras de terrenos mediante pagarés, pagos aplazados que no se podrán hacer efectivos en los periodos previstos debido a la insolvencia de la empresa. El hecho de que algunas entidades financieras hayan adelantado, en algunos casos, estos pagarés puede provocar que se incremente la deuda bancaria una vez que venzan.

La decisión de Grande de adelantar la puesta en marcha del concurso de acreedores de catorce de sus empresas y de él mismo como persona física, fue adoptada el pasado fin de semana, poco después de una reunión de urgencia celebrada con su abogado, Joan Font, y sus asesores más próximas. En ese encuentro quedó de manifiesto que la situación empezaba a ser insostenible por las exigencias de las entidades bancarias, así que Grande dio el 'OK' a su letrado para que el mismo lunes por la mañana acudiera al Decanato de sa Gerrería para instar el concurso de acreedores voluntario (antigua suspensión de pagos). Desde entonces, los acontecimientos en el Juzgado de lo Mercantil 1, en el que recayó por sorteo el concurso, se han precipitado. El juez Víctor Fernández pudo comprobar que el expediente carecía del poder para el procurador, y ha concedido un plazo de diez días para que ese fallo se subsane.

Mientras tanto, y ante el probable aluvión de acreedores que se personarán en el concurso, el Juzgado de lo Mercantil 1 ya ha procedido a solicitar refuerzos con el objetivo de hacer frente a lo que se espera sea un aumento importante de la carga de trabajo.